VENCEDORES DEL MILLENIUM
domingo, 19 de mayo de 2019
sábado, 24 de noviembre de 2018
No darse por vencido
Si por cada vez que me he sentido triste, sin fuerzas y derrotada me hubiera dado por vencida, creo que hoy no estuviera escribiendo esto. Si por cada vez que las cosas no han salido como yo he querido hubiese renunciado, ya hace muchos años que estuviera lejos de Dios.
Lo que quiero decir con esto es que cada uno de nosotros enfrentamos situaciones que nos son muy difíciles, tiempos de silencios de Dios, en donde por alguna razón sentimos que Dios no nos quiere hablar o simplemente no lo escuchamos. Periodos de desiertos, en donde el sol y el calor son tan fuertes que sentimos que desfallecemos. Momentos de tormentas, en donde las aguas son tan fuertes que por poco y morimos ahogados, sin embargo acá estamos.
Cada uno de nosotros sería capaz de contar por lo menos una historia en donde estuvimos a punto de darnos por vencido pero no lo hicimos porque Dios nos dio fuerzas de donde no las había y puso en nosotros el deseo de seguir luchando.
Cada uno de nosotros podría contar con un gozo indescriptible como Dios uso su creatividad ilimitada para ayudarnos en los momentos que sentíamos que ya no podíamos mas. Cómo Dios envió la palabra exacta que necesitamos en el momento exacto, cómo Él propicio todo para que no nos diéramos por vencido y que esa experiencia nos ayudara a crecer espiritualmente.
NO DARSE POR VENCIDO tendría que ser la insignia de todo hijo de Dios, de todo aquel que ha conocido el amor incomparable de Dios. Y no porque no queramos darnos por vencidos, porque habrán muchos momentos en nuestra vida en donde el deseo de rendirnos querrá apoderarse de nuestra vida, pero nosotros no nos rendimos, porque nosotros somos hijos de Dios, hijos de un Rey, hijos del Señor de señores y no nos damos por vencidos nunca: “Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma”. Hebreos 10:39.
DARSE POR VENCIDO para nosotros jamás será una opción, darse por vencido no tiene que estar en nuestro lenguaje, porque Dios nos ha hecho más que vencedores, pues la Biblia lo declara: “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.” Romanos 8:37.
Pueda que los últimos días te has estado sintiendo debilitado, sin fuerzas, cansado y con pensamientos constantes sobre rendirte y alejarte de Dios, sin embargo este día Dios había preparado todo para que leyeras exactamente esta frase y supieras que EL NO TE HA DEJADO SOLO, NI TE DEJARA, ¡Avanza! ¡No te des por vencido!
A veces estamos a punto de obtener la victoria, pero estamos tan centrados en rendirnos que la dejamos escapar, sin embargo Dios quiere mostrarnos cada día que si nuestra confianza esta puesta en Él, podemos alcanzar la victoria, no por nuestros medios, sino por medio de su Poder a través de la fe que tengamos en Él.
Dios no te llamo para que te des por vencido, no te llamo para que digas o pienses que no puedes mas, porque en realidad SI PUEDES, si puedes porque ÉL ES TU FORTALEZA, porque con Él junto a ti NO HAY NADA, NI NADIE QUE PUEDA DERROTARTE, porque Él le da fuerzas pues la Biblia lo declara: “El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas” Isaías 40:29.
Nunca habrá una excusa valedera para darse por vencido, mas si sabemos que es Dios quien nos da fuerzas, es Él quien nos ha hecho victoriosos y sobre todo es Él mismo quien estará de nuestro lado en cada momento difícil o critico que pasemos.
Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó Romanos 8:37
En medio de todos nuestros problemas, estamos seguros de que Jesucristo, quien nos amó, nos dará la victoria total. Traducción lenguaje actual
jueves, 9 de agosto de 2018
Una temporada crucial

Muchos de ustedes se han sentido como si estuvieran en una olla de presión. El Señor te dice, “Hijo(a), vas a salir de esto transformado en oro puro, porque esta es una temporada de purificación. Esta es una temporada en la que estoy preguntando a la gente, “¿Escogerás los trabajos difíciles en la vida por mi Reino? ¿Estás dispuesto a ir a lugares altos en lugar de caminar en lugares bajos donde simplemente te las arreglas y te cuidas a ti mismo y a unos pocos más?
“Pídeme las naciones; pídeme cosas grandes. No te contentes con vivir una vida pequeña. Quiero que vivas una vida grande, porque tengo planes para ti. Tengo destinos para ti”.
“Quiero que vayas a un nivel más alto. Es tiempo de ir más arriba, no más abajo. Te voy a dejar que escojas lo que quieras hacer, pero no llegarás a lo más alto por tu cuenta. Puedes hacer Mi buena voluntad o mi voluntad permisible, pero no obtendrás la perfecta voluntad que he establecido para tu vida”, dice el Señor.
El Señor dice, “Si has corrido con los jinetes y estás fatigado, entonces ¿qué vas a hacer con la inundación del Jordán? En el tiempo crucial, en este tiempo, Mis ojos van de un lado al otro. Mis ojos están buscando ver a aquellos que pueda usar, aquellos en los que pueda confiar, aquellos a quienes pueda recurrir para cambiar las situaciones que son difíciles. Voy a derramar una unción sobre los Jeremías de esta generación, pero va a requerir fortaleza. Se va a necesitar coraje. Se va a necesitar más de lo que tienes”.
“Es un tiempo para atraer mi presencia” dice el Señor. “Es un tiempo para gatear hasta mi si lo tienes que hacer. Es un momento para ser intencional sobre ser una persona de presencia, una persona que pasa tiempo conmigo, una persona de intimidad porque si no gateas para entrar en la hendidura de la roca y me dejas cubrirte con Mi mano, muchos de ustedes no podrán hacer lo que podrían hacer”
No lloriquees y no sientas lástima por ti mismo cuando el momento crucial llegue”. El Señor dice, “porque te he prometido que solamente el trigo, el heno y la paja te consumirán. No serán cosas que perduren. Mientras las llamas de oposición llegan, conoce esto: sino estuvieras yendo por el camino correcto, no habría llamas de oposición. Tómalo como un reto. Levántate y di, “No, El más grande de todos vive en mí. Esto no me hundirá. Voy a ir. Voy a ser un campeón en la vida. He sido llamado a ser victorioso. Estoy llamado a triunfar”.
El Señor te dirá, “Ven a mí, ven sube a lugares más altos. No vivas abajo, con la mala hierba, en lugares de oposición donde Satanás quieres que estés. Ven hacia Mí a la habitación del trono. Ven hacia mí a los lugares celestiales. Ven y siéntate junto a Mí. Mi hijo e hija. Si hacen eso. Empezarán a mirar hacia abajo desde ese alto lugar y verán que esa oposición es solamente temporal. No es una cosa eterna. Tu eres un ser eterno. No has sido creado para únicamente estar debajo de las cosas de este mundo. Tu eres llamado para ser un vencedor”.
El Señor dice, “Estoy derramando una unción reconfortante ahora mismo para ti. Incluso mientras lees esto, hay un poder de alivio. Yo soy el Dios de todo consuelo. Yo soy el buen Pastor. Yo soy el Dios que te ama. Yo soy el Dios quien te lleva junto a aguas tranquilas y verdes pastos. Te llevaré a lugares donde digas, “De seguro mi copa está rebosante. De seguro Tú eres bueno. De seguro el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida. “Tu habitarás un día en Mi casa”
Pero el Señor dirá, ” Quiero decir “Bueno y fiel siervo. Quiero decir “Si, hiciste todo lo que te llamé que hicieras”. No pierdas el corazón en los momentos cruciales, porque saldrás de esto puro como el oro”.
jueves, 19 de julio de 2018
TESTIMONIO de FE y SANACION
Sonia solía caminar del trabajo a su casa para ejercitarse en un trayecto de al menos 1 hora.
La práctica fue muy positiva por al menos un año, pero luego comenzó a sentir dolor en lo pies, en la planta y talón de ambos lados.
Con el pasar de los días, las molestias se convirtieron en dolor y luego en sufrimiento.Eran tan intensos los dolores que tuvo que suspender sus caminatas de ejercicios. A pesar del reposo que se auto impuso, el dolor progresó tanto que incluso sentía molestias caminando cortas distancias.
En los días en que decidió visitar al doctor, Dios la motivó a ver algunos videos con testimonios de personas que clamaron a Dios, y El las sanó de enfermedades sumamente graves.
En esos días su marido le comenta que también había visto otros testimonios del gran poder de Dios sanando milagrosamente.
Con estas dos fuentes de motivación e inspiración, ella decide clamar a Dios por un auténtico milagro en el dolor en lo pies que sufría.
Fue así que inició una terapia de ayuno, oración y proclamación de las promesas de sanidad de Dios.
Uno de esos días, ella llega a su casa y le dice a su marido: "Hoy me dolió menos el pie izquierdo!".
Aunque la mejoría fue mínima, fue suficiente para que su nivel de fe incremente y se anime a alcanzar su restauración completa.
Siguió entonces bendiciendo la salud de ambos pies. Pronto el pie izquierdo quedó completamente sano, sin ningún rastro de dolor e incomodidad, estaba simplemente perfecto!
Ella había ganado una gran batalla, pero no aún la guerra. Ahora era el turno del pie derecho.
El dolor era bastante rebelde. Algunos días disminuía y otros recuperaba su intensidad; pero aunque el dolor era inestable, ella solo se dedicó a bendecir su pie con perseverancia.
Unas semanas después el dolor comenzó su retroceso. Fue tan grande este avance en su recuperación, que Sonia decidió volver a caminar desde su trabajo hasta la casa, lo hizo con fe y convicción de que faltaba poco para llegar a la meta.
Mantuvo su nivel de oración a pesar de la molestia al caminar un largo trayecto, pero la mejoría era notoria todos los días; la oración y la fe en Dios estaban ganaban terreno al dolor.
Pasado un tiempo, su marido le dice que él iría a trotar y ella le dice que le acompañaría, pero él responde diciendo:
"Hoy prefiero ir solo porque necesito trotar y no caminar".
Ella responde: - "Que bueno, yo trotaré contigo".
El dice: - "Pero no puedes; y el dolor de tu pie derecho?".
Ella finaliza diciendo -
"A partir de ayer, ya no tengo ningún dolor, estoy sana!".
Desde entonces Sonia caminó y trotó con libertad y sin dolor. Ella le acredita su milagrosa restauración a la fe que puso en Jesús y en las promesas de sanidad escritas en la Biblia.
Si crees que Dios sanó el horrible dolor en lo pies que sufrió Sonia, entonces puedes creer que El también sanará tus dolencias físicas y también tu alma.
Así como el cuerpo necesita salud, el alma también lo necesita; por ello, haz ahora mismo...
La Oración #1
Bueno... el #1 está muy relacionado con el principio de algo; como por ejemplo: el 1er día de nacido... el 1er grado... el 1er día de clases... etc.
Si nunca antes habías orado a Dios de lo más profundo de tu corazón, y quieres hacerlo ahora por la primera vez, entonces esta es la Oración #1 que te ayudará a empezar.
No solo será la primera, sino también la más significativa e impactante... así que prepárate!
Abajo encontrarás una oración donde vas a:
- Reconocer que eres pecador,
- Reconocer que Dios te ama,
- Aceptar su perdón por tus pecados,
- Aceptar su plan de salvación para tu vida,
- Aceptar a Jesús en tu corazón como el Señor de tu vida.
Entonces, sin más perdida de tiempo, sin más análisis ni objeciones, ora así:
Dios, esta es la oración #1 que hago porque te necesito en mi vida.
Reconozco que soy pecador/a y que estoy fuera de tu gloria; si yo muriera hoy, mi vida se perdería eternamente y no quiero eso... yo quiero vida eterna!
Pero la Biblia dice que tu me amas tanto, que diste la vida de tu hijo Jesús para que El muera por mis culpas... en mi reemplazo!
Tanto amor no lo puedo entender en este momento, solo puedo aceptar humildemente el regalo de tu salvación.
Acepto tu perdón por mis pecados; confieso con mi boca que tú Jesús eres el Señor de mi vida, de la tierra y del universo; y creo en mi corazón que el Espíritu de Dios te levantó de entre los muertos.
Por todo esto, ahora soy salva/o y tengo el derecho para ser hija/o de Dios Padre.
Amén!
Felicidades!! Haz hecho la oración de fe en Dios y entrega a Jesús que siempre será la más importante de tu vida. Este es el primer paso para comenzar a conocerle al Dios que tanto te ama.
Ahora te conviertes en heredera/o de multitud de bendiciones que están preparadas para ti.
Cuáles son esas bendiciones y donde están?
Todas están escritas en la palabra de Dios, que es la Biblia. Solo tienes que leerla y creer que Dios va a prosperar tu vida.
Como la oración, Dios y la Biblia tal vez son temas nuevos para ti, es muy aconsejable que te unas a un grupo de personas que también le aman a Dios, para así conocer todos los beneficios que Dios tiene para tu vida.
Si estás de acuerdo conmigo, entonces me gustaría ayudarte a encontrar el grupo de personas mejor capacitadas que están en tu ciudad.
Para ello, fíjate en esta sección...
miércoles, 6 de septiembre de 2017
LOS TIEMPOS FINALES SERÁN BUENOS PARA LOS JUSTOS
Dios no está sometido al tiempo; Él es la eternidad. Dios creó el tiempo para su trato con el hombre. Él extrajo un pedazo de la eternidad, la midió y la llamó tiempo. El tiempo como Dios lo midió tiene un principio y un fin. Nosotros estamos situados en algún lugar de esa línea temporal. La pregunta es: ¿En dónde?
Dos años atrás, le pregunté al Señor acerca de mi ministerio.
¿Quién soy yo?, le pregunté.
Tú eres una testigo, fue la respuesta que escuché.
Luego, confirmó mi llamado con Hechos 26:16: «Pero levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que me apareceré a ti».
En otra ocasión, Dios estableció la conexión entre mi llamado a ser una testigo y los tiempos finales. Y me dio la clave para discernir estos tiempos, cuando escuchaba una enseñanza del Dr. Kenneth Hagin en una de las clases de Rhema Bible. Mientras enseñaba acerca de “Interpretar la Palabra de manera correcta”, el puntualizaba lo siguiente: «Determina siempre a quién se está dirigiendo una escritura».
El hermano Hagin dijo: “Una escritura puede dirigirse a una sola persona”, “o puede estar hablando ‘de’ o ‘a’ uno de los tres grupos de personas, los cuales Dios reconoce y trata como tales. Dios menciona estos tres grupos en una carta escrita a la Iglesia».
Luego, leyó 1 Corintios 10:32: «No seáis tropiezo ni a Judíos, ni a Gentiles, ni a la Iglesia de Dios». En ese momento, a finales delmes dejulio 2017, escuché lo que me pareció una voz audible diciéndome: Si recuerdas ese versículo en tu corazón, éste mantendrá tu doctrina acerca de los tiempos finales libre de error.
Los Judíos, las Naciones y la Iglesia
El Señor tiene planes y propósitos para estos grupos. Él tiene juicios y un futuro para los Judíos, para las naciones (gentiles) y para la Iglesia. Y hay gente de cada grupo con un lugar dentro del Milenio, un umbral al que estamos a punto de atravesar.
He desarrollado tres áreas en mi vida ministerial de testigo, mirando y diciendo lo que veo los Judíos, las naciones y la Iglesia.
El primer grupo que el Señor me enseñó a observar fue la Iglesia. Me reveló Su plan para la Iglesia gloriosa. (Lee la carta a los Efesios) Y me dio por mentores a generales del ejército del Señor de los últimos tiempos.
Dios me llevó en sueño a las naciones. Durante los años ochenta me llevó a la Rusia Soviética donde me veia como testigo de Dios derrotando al comunismo en 1989. Hemos observado a Europa y las señales de los tiempos finales allí mismo, durante las naciones del viejo continente.
Y después, por supuesto, me enseño a Israel: El reloj de tiempo de Dios
Cuando Sus discípulos le preguntaron al Señor: “¿Cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin de los siglos?”. Un punto clave en la respuesta de Jesús fue: «…Mirad la higuera y todos los árboles» (Mateo 24:3; Lucas 21:29).
La palabra “árboles” en Lucas 21:29, se refiere a naciones. En tanto que “la higuera” en ese versículo ser refiere a Israel (ver Joel 1:6-7). Y “todos los árboles”, son las otras naciones mencionadas en profecía. Los profetas nos dijeron desde el principio las cosas que sucederán en los últimos días, en ciertos países como: Irak (Babilonia), Irán, Siria, Egipto, Rusia, Europa, entre otros. Es de estos profetas que recibimos luz acerca de los acontecimientos de estos tiempos. (Ver 2 Pedro 1:19-21).
Al observar la higuera y las naciones mencionadas en profecía, podemos establecer nuestra posición en la línea temporal y en relación a la culminación del tiempo.
Cuando hablamos de los tiempos finales, en realidad no nos referimos a la culminación del tiempo mismo, sino al fin de esta era y la transición a la siguiente.
Desde que Dios le entregó la ley al pueblo de Israel en el monte Sinaí, la tradición judía ha enseñado que Dios le dio a la humanidad una semana laboral de seis días, correspondiente a los seis días de la Creación. Después de estos seis días, el hombre y la Creación entran en el séptimo día, correspondiente al día de reposo del Señor el Sabbat, los 1,000 años del reinado Milenario.
En Salmo 90:4, y 2 Pedro 3:8 se nos enseña que para el Señor 1,000 años en la Tierra son como un día.
Creo que la Tierra es tan antigua como la ciencia verdadera demanda que sea; sin embargo, el hombre como nosotros lo conocemos fue creado hace casi 6000 años. En otras palabras, y resumiendo, estamos casi al final de la semana laboral de seis días. Y pronto pasaremos al séptimo día.
¿Cómo lo sabemos? Al observar las señales de los tiempos. Y estudiando las noticias cotidianas a la luz de la profecía bíblica.
¿Qué sabemos del futuro?
Voy a citarte un fragmento de la introducción al libro de Apocalipsis escrito por F.W. Grant en The Numerical Bible (La Biblia Numérica) en 1902:
El futuro del mundo estará en gran parte… compuesto de juicio, aunque es cierto que este juicio será para una bendición que espera después de éste y que es tan brillante como Dios puede hacerla… los caminos morales de Dios… el final traerá perfectamente…. El futuro excederá toda y cada promesa del pasado, y es necesario, por consiguiente, que toda profecía sea cumplida en su totalidad; mientras tanto, el cumplimiento parcial nos demuestra ese objetivo, el cual al culminar en su gran final revela su perfección.
¿Cómo debemos de actuar en estos días que estamos viviendo, en camino hacia “un futuro tan brillante como Dios puede hacerlo”?
«Y reinarán en tus tiempos la sabiduría y la ciencia…» (Isaías 33:6). Nosotros debemos conocer la Palabra del Señor para nuestra propia vida, y para estos últimos días, como nos ha sido revelado por los profetas.
«Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado» (Isaías 26:3). Estos son días de instrucción y revelación gloriosa para aquellos que practican la presencia de Dios, al mantener sus mentes enfocadas en el Señor y en su Palabra.
Aquellos que pertenecemos al tercer grupo: la Iglesia esperamos por la maravillosa experiencia de ser transformados de gloria en gloria a la misma imagen del Señor (2 Corintios 3:18). Nosotros el Cuerpo de Cristo deberíamos proponernos habitar en Su presencia, caminar en Su Espíritu, participar de Sus beneficios y ser Sus colaboradores, a fin de bendecir al mundo.
Israel atravesará las fases finales del trato que Dios tiene con ella hasta llegar a una redención y restauración completas. Las naciones “ovejas” entrarán a los reinos que han sido preparados para ellas. La Creación espera la liberación y la restauración.
Yehiya Tov ¡Será bueno!
He pasado horas y horas en internet viendo estudios con gente de Israel, gente común, con estudiosos del Torá, con funcionarios gubernamentales y con rabinos y sé sin lugar a dudas que la Iglesia e Israel están de acuerdo en que la venida del Mesías es inminente.
Una frase que he aprendido de ellos, la cual usan frecuentemente, y aun en tiempos de dificultad, es: “¡Yehiya Tov!”, que traducido significa: ¡Será bueno!
lunes, 7 de agosto de 2017
Trabajando juntos
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domingo, 30 de julio de 2017
Una clase de paz diferente
Juan 16:25-33Yo he vencido al mundo
¨Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo¨ Juan 16:33
Cuando tenemos problemas en el trabajo, en casa o en cualquier otra parte, ¿cómo afecta eso a nuestra actitud? ¿Por qué es la auténtica paz el resultado de la confianza en la persona de Jesús?
La seguridad de estos discípulos dependía de la habilidad que creían tener para entender lo que Jesús les estaba diciendo. Ellos querían saberlo y pensaban que cuando lo hiciesen tendrían paz. “Ahora lo sabemos”, dijeron. “Ahora lo entendemos”. Jesús les había estado hablando haciendo uso de simbolismos, como pueda ser el lavado de los pies, la viña y las ramas y la mujer dando a luz. “Pero ahora nos estás hablando con claridad. Ahora sabemos y entendemos que tú eres verdaderamente de Dios.” Sintieron una sensación de seguridad porque habían entendido esto.
¡Esto es tan semejante a nosotros! Creemos que Dios tiene que explicar lo que estamos pasando y que entonces nos sentiremos seguros. Nuestra paz necesita descansar en un cierto conocimiento de lo que está sucediendo. Pero nuestro Señor se anda con mucho cuidado para dejar claro que esta clase de paz es realmente muy insegura. “Cuando no haya pasado más que una hora estaréis corriendo como si fueseis un puñado de ovejas asustadas. Decís que sabéis quién soy, decís que entendéis que yo he venido de Dios y que yo sé todas las cosas. ¿Sabéis que en una hora os sentiréis tan confusos y tan inseguros por lo que sucederá que saldréis corriendo y me abandonaréis? En lugar de confiar en mí para que yo resuelva las cosas, me abandonaréis y no querréis que se os relacione conmigo, a pesar de lo cual no estaré solo. Mi seguridad no se verá amenazada en esa hora, porque el Padre está conmigo. Y os digo estas cosas para que sepáis la clase de paz que tengo. No se basa en lo que suceda o ni siquiera en lo que yo entienda respecto a lo que esté pasando, sino en la confianza en aquel que controla lo que sucede. Os digo esto a vosotros para que en mí tengáis paz. En el mundo no tendréis otra cosa que no sea turbación, os sentiréis turbados en el trabajo, en la escuela, en vuestro hogar y en vuestra familia. No tendréis más que turbación, porque así es el mundo. Pero sed de buen ánimo, porque yo he vencido al mundo.”
¿No es esta verdaderamente una palabra de estímulo? Yo he pasado por momentos de verdadera tensión personal y profundo sufrimiento, momentos de inseguridad y de falta de comprensión, no sabiendo lo que Dios estaba realmente haciendo, percibiendo que estaba obrando de maneras que yo pensaba que eran totalmente equivocadas, pensando que no tenía derecho a hacerme a mí las cosas de ese modo, y he tenido que descansar en estas tremendas revelaciones de Su Palabra. “Podéis tener mi paz”, dice Jesús, “mi sentido de seguridad”, que depende no de las circunstancias, ni de haber entendido las circunstancias que tanto ansiamos, sino en la confianza de que Aquel que está guiando las circunstancias sabe lo que está haciendo. Es en eso en lo que se basa la paz.
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